Entre los materiales que son indispensables en talleres de vehículos, destacan los abrasivos. Consisten en materiales minerales o sintéticos que brindan ciertos efectos en la superficie donde se usan. Hay muchas tareas donde se utilizan, por ejemplo, eliminar signos de óxido, pintura y recubrimientos, adhesivos o limar una vez soldadas las piezas. Igualmente, permiten afinar materiales de relleno (como masillas), preparar las piezas antes de aplicar pinturas o aparejos y solucionar defectos del repintado automotriz.
Se definen según varias características, por ejemplo, su diseño, tipo de material y granos. Con respecto al tipo de material, se usan minerales sintéticos, como óxido de aluminio y carburo de silicio, que poseen niveles específicos de tenacidad, corte, fiabilidad y dureza. Con respecto al grano, hay ejemplares de grano cerrado o abierto.
Todos los abrasivos usados en talleres se clasifican en distintos tipos según su aplicación, ya sea la preparación de superficies, el pulido, entre otras. A continuación, mencionaremos la forma en que se clasifica, cuyo conocimiento es crucial para cualquier taller de reparación y repintado automotriz.
Abrasivos en pasta
Se trata de pastas viscosas diseñadas para pulir, que poseen granos diminutos de óxido de aluminio para que las superficies recuperen su brillo tras solucionar defectos del repintado automotriz. Su capacidad abrasiva varía según las dimensiones del grano.
Abrasivos para la preparación de superficies
Se trata del tipo más común para lijar manualmente, al agua, en seco o a máquina. Se ofrecen en diferentes soportes, como tela o papel, a los que se adhiere el mineral mediante adhesivos orgánicos o sintéticos. En el caso del lijado al agua, se usa un papel saturado con látex como soporte, para brindarle mayor durabilidad y resistencia. Por otra parte, el soporte para el lijado en seco es un papel con un revestimiento de estearato de zinc.
El soporte usado en las lijas diseñadas para usarse en máquinas consiste en tela o papel con tela para que el mineral sea más resistente e integran perforaciones para que los residuos de polvo se aspiren mejor. Actualmente, se usan abrasivos en malla, debido a que aceleran el proceso y mejoran el entorno al minimizar la generación de polvo.
Los minerales incorporados en las lijas son el óxido de aluminio y el carburo de silicio o carborundum. Este último presenta baja tenacidad, por lo que se fragmenta para lograr aristas puntiagudas y alargadas que generan rayas más profundas y de baja anchura. Tiene mayor durabilidad y se recomienda para lijar sobre piezas duras. En el caso del corindón u óxido de aluminio, genera rayas anchas y de baja profundidad, por lo que se recomiendan para trabajos finos y piezas blandas.
Las empresas dedicadas a la fabricación de productos para el repintado automotriz fabrican actualmente granos compuestos, que además de los dos abrasivos mencionados, integran un revestimiento cerámico. Ofrecen varias ventajas, por ejemplo, mayor eficiencia y durabilidad, lijados uniformes y menor sobrecalentamiento.
Los abrasivos tridimensionales o estropajos son otro tipo usado ampliamente para lijados manuales o con máquina. Su diseño tridimensional permite crear esponjas que se adecúan muy bien al contorno de las partes a lijar. A ello se suma que se distribuyen como el grano abierto y se recomienda para lijar piezas donde se aplicará únicamente transparente o para matizar áreas de difuminado y cantos.
Abrasivos para limar piezas metálicas
La igualación superficial mediante limado es crucial en trabajos de soldadura. En este caso se usan discos fabricados con minerales (ya sea los mencionados anteriormente, circonio u óxidos cerámicos). Integran una malla para que el disco no sea proyectado en caso de que se rompa. Hay discos con abrasivos rígidos y fibra vulcanizada como soporte, que destacan por su grano grueso. Un ejemplo ampliamente usado es el abrasivo P36.
Para limados más ligeros y finos, destacan los discos multiláminas, que destacan por sus trozos pequeños de lija colocados de forma diagonal en un soporte plástico. Se fabrican con diferentes granos, desde P60, P80 hasta P100 y P120. Hay una variante de este tipo conocida como abanico lijador para usarse con taladro. Cabe mencionar que, si requieren quitar corrosión notable sobre piezas de acero, son excelente opción tanto los discos multiláminas como los rígidos.
Abrasivos para decapado
La eliminación de pintura u óxido en la chapa es una tarea estándar en los talleres, especialmente para el proceso de repintado automotriz. En esta se usan taladros u otros equipos rotativos donde se instalan ciertos discos abrasivos que evitan la acumulación de calor (algo crucial al trabajar con aluminio) y que el metal pierda micraje. Para estas aplicaciones, se utilizan discos de púas y abrasivos tridimensionales, específicamente, de nylon expandido.
En cualquier caso, evitan el sobrecalentamiento del metal, aunque el abrasivo tridimensional se usa en superficies planas de acero o aluminio, mientras que el disco de púas de alambre se aplica solo en acero y en una gran variedad de superficies, ya sea rincones o zonas cuyo acceso es complicado para otros abrasivos.
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