Los cristales para autos son una de las partes más comunes y necesarias de un vehículo. El vidrio que se usa en el cristal delantero o parabrisas es diferente que las ventanas comunes. Este elemento se compone de varias capas de vidrio laminado, con el fin de otorgar mayor resistencia a roturas y disminuir considerablemente el riesgo de lesiones, en caso de presentarse algún accidente.
¿Qué fuerzas afectan a un parabrisas?
Los parabrisas constantemente están sometidos a tensiones, producto de un conjunto de factores físicos o materiales que se pueden combinar en su actuación. La propia creación y diseño de los parabrisas conlleva cierto nivel de estrés sobre el material. Durante la elaboración, el vidrio es cortado y doblado en dos partes, respectivamente.
Por esta razón, se usa un molde con la curvatura requerida. Entre dicha mitades se inserta una capa de plástico para laminar el cristal, impidiendo que los fragmentos se puedan llegar a desprender en caso de una rotura. Dicho proceso puede dejar un nivel de estrés “congelado” en el cristal. Asimismo, por motivos de diseño, orientación, inclinación y distribución de su respectiva masa, pueden provocar tensiones.
Unión con el auto
Otro de los factores de estrés del parabrisas, viene siendo la unión con el auto. En este caso, para fijar de manera correcta la luna al vehículo, se usan adhesivos con poliuretano, que al llegar a endurecer, pueden ir acompañados de cierto grado de contracción volumétrica, misma que permite ejercer una tensión residual extra. Estas tensiones permiten:
- Dos vehículos iguales pueden ser un poco diferentes entre sí.
- El adhesivo usado puede variar de un lote a otro. Por ello, dos parabrisas iguales en dos autos iguales pueden tener un patrón de tensión distinto.
¿Para qué se creó el parabrisas en el auto?
El otro factor está relacionado con la forma en cómo y para qué se creó el parabrisas en el auto. El cristal delantero del vehículo también es un elemento estructural del mismo, que proporciona rigidez a la carrocería y resistencia al aplastamiento del techo.
Por ello, el parabrisas puede recibir tensiones que procedan de las fuerzas que llegan a torsionar la carrocería mientras se conduce. Las carrocerías de los autos, igualmente, se pueden expandir y se contraen con los cambios de temperatura.
Como el vidrio y los materiales de los que se encuentra elaborada la carrocería, a los que encuentra adherido el parabrisas, cuentan varios coeficientes de expansión, los cambios de temperatura pueden ocasionar cambios en la carrocería que se llega a transmitir al parabrisas llegando a alterar sus patrones de tensión.
El cristal puede sufrir al tener que llegar a soportar la diferencia de temperatura entre el interior y el exterior del habitáculo. Asimismo, las vibraciones y los baches de la carretera que llegan hasta el parabrisas o la fuerza del aire, son elementos a los que la luna debe hacer frente.
¿Afecta el calor al parabrisas del vehículo?
Los cristales de los autos están diseñados para soportar impactos y temperaturas extremas, ya sean cálidas o frías. Los problemas son elementos fundamentales para la seguridad vial, pero sí, los cambios de temperatura también les puede afectar.
El vidrio se puede expandir y se contrae con los cambios de temperatura del aire. Cuando el aire caliente puede incidir sobre el cristal, este se puede dilatar, lo que puede hacer que el vidrio se rompa.
Por el contrario, el aire frío hace que se pueda contraer, y si ese vidrio frío se expone de forma repetida al calor, también puede llegarse a romper y provocar que estalle.
Los cristales de los autos se elaboran con vidrio templado para las ventanas laterales y la luna trasera, mientras que, el parabrisas es de vidrio laminado. El primero es un solo cristal creado, a través de una técnica que calienta y enfría de forma repentina el vidrio durante su creación y le aporta resistencia para soportar las fuerzas normales que se ejercen al conducir.
Por otro lado, las ventanas están sujetas a flexión cuando la carrocería puede rebotar por la carretera y cambia cuando el auto pasa por las curvas y está creado para romperse en pedazos pequeños cuando se presenta un impacto.
¿Qué hacer con el frío?
Si el parabrisas llega a recibir suficiente aire caliente, ese cambio repentino de temperatura puede provocar que se agriete. Asimismo, se puede llegar a dañar también de forma grave, vertiendo agua caliente sobre este.
Si esto es lo que llega a suceder, entonces se pueden usar herramientas adecuadas para retirarlo.
¿Qué hacer con calor?
Similar a lo que sucede con las bajas temperaturas en invierno, las altas en verano también pueden afectar de forma negativa al parabrisas. Cuando el auto está caliente y se enfría muy rápido el vidrio se puede expandir y se contrae cuando cambia la temperatura, estresando y haciéndolo más frágil.
En este caso, el calor extremo hace que estás grietas se puedan extender y derivan en que el parabrisas tenga que ser sustituido si no se llegan a reparar lo más pronto posible.
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